miércoles, 27 de enero de 2010

Capitulo III

ETICAS DE LA ERA DEL LENGUAJE
Nietzsche desarrolla una historia natural de la moral alejada de las fundamentaciones de la moral, para las cuales la moral se considera como algo dado; las éticas tradicionales serian tan solo una forma docta de la creencia en la moral dominante, que impide concebir esta como problemas de la moral, que solo surgen cuando se pueden comparar muchas morales. La ruptura con la teología Nietzsche en primer lugar disuelve el fenómeno de la intencionalidad practica en procesos filosóficos químicos, aunque no negó la realidad de las acciones humanas, encontrado su ultima base en la estructura instintiva; no existe fenómenos morales afirmara explícitamente sino solo una interpretación moral de los fenómenos. Pero en segundo lugar, rechaza la fe en la libertad de la voluntad, pues todo lo que se atribuye a la libertad de la voluntad en realidad es decidido por los instintos morales. <>. Lo que se llama libertad de la voluntad es esencialmente el afecto de superioridad con respecto a quien tiene que obedecer. Y en tercer lugar, negó la teleología
Rehabilitación de la ética individual, la libertad y la justicia, propone la voluntad de poder como principio de interpretación del mundo y por ello todas las morales se reducen a voluntad de poder. La justicia consistirá en dar a cada uno lo suyo, poniendo cada cosa la mejor luz, esta justicia es la voluntad de poder en la medida en que supera la idea moral de deber, es decir, el querer sobreponerse a otra individualidad con pretensión universal. Se trata ahora de la voluntad que solo quiere la individualidad, tanto la propia como la de los otros, y que deja ser sí mismo y a los otros, frente al deber ser dirigido desde representaciones universales.
Emotivismo: el primer pensador que se hace eco de este giro en el terreno de la ética es G.E. Moore, que en su obra Principia Ética, afronta la tarea de esclarecer las cuestiones fundamentales de la ética analizando el lenguaje moral, cuestiones todas ellas que se centran en la gran confusión en torno al significado el termino <>. Moore emprendió a esta tarea afirmando que lo bueno solo puede ser captado mediante la intuición, dado que es una noción indefinible por ser simple, y por tanto, no puede resolverse en otras más simples que ella.
Prescriptivismo: iniciado por R.M. Hare en su obra El Lenguaje Moral, el prescriptivismo sostiene, frente al emotivismo, que algunos términos del ámbito moral tiene la pretensión de validez universal. El lenguaje moral es para Hare un lenguaje valorativo, del que interesa saber, no tanto lo que él se consigue, sino que hacemos cuando lo usamos; la primera característica del lenguaje valorativo es que prescribe la conducta, la orienta aconsejando o mandando, pero siempre apoyándose en razones.
La ética del discurso: nacida en la década de 1970, propone esta ética encarnar en la sociedad los valores de libertad, justicia y solidaridad a través del dialogo, como único procedimiento capaz de respetar la individualidad de las personas y a la vez su innegable dimensión solidaria, porque en un dialogo hemos de contar con personas, pero también con la relación que entre ellas existe y que para ser humana debe ser justa; este dialogo nos permitirán poner en cuestión las normas vigentes en una sociedad y distinguir cuales son moralmente validas.

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